martes, 13 de noviembre de 2012

Ex libris: arte, coleccionismo y marca


Quienes hayan estudiado bellas artes seguramente les resultará familiar esta denominación, si no ha sido así,  tal vez le suene a chino. Pero aún así seguro que se han encontrado cara a cara con alguno, recordándoles a quién le tienen que devolver ese libro que lleva semanas en la estantería.

La denominación Ex libris proviene del latín, cuyo significado literal es “entre los libros de”. Concretamente es una marca de propiedad, en forma de etiqueta, estampa o sello que suele colocarse en la contraportada o en el interior del libro. En él se incluye una leyenda que acredita la pertenencia del libro al dueño o a la institución a la que pertenece, precedido siempre por la expresión anterior y acompañado de una imagen, que puede ser personalizada.


En la Edad Media ya se utilizaban las marcas de propiedad en códices, que consistían en anotaciones manuscritas. Aunque los tratadistas señalan que el primer Ex libris es una tablilla egipcia que data del siglo XV a. C., guardada en el Museo Británico de Londres, perteneciente a la biblioteca del  faraón egipcio Amenhotep III. En cuanto a España, el primer Ex libris del que se tiene noticia pertenece al rey Fruela I (756-768) en el reino de Asturias.

Las técnicas utilizadas para la elaboración de los Ex libris han ido evolucionando con el paso de los años. Aunque se originaron mediante anotaciones manuscritas, a partir del S.XV se llevaron a cabo diversas técnicas de grabación y estampación relacionada con las artes de los libros, como por ejemplo la xilografía, calcografía, litografía, serigrafía, fotograbado…

La inclusión de la imprenta y el uso de estas técnicas favorecieron la creación de Ex libris. Adoptando así un formato cromo que se adhería a las contracubiertas de los volúmenes. El hecho de que los libros dejaran de ser privilegio exclusivo para la monarquía y el clero, sus propietarios quisieron marcarlos con estas señales, convirtiendo a los Ex libris en pequeñas obras de arte. El Ex libris más antiguo que se conoce con formato cromo, se encontró en Alemania y data de 1470.

A estos procedimientos tradicionales se añade la reproducción fotográfica, el diseño y la impresión por ordenador, aumentando las opciones y la variedad de los Ex libris. La Real Biblioteca tiene a disposición del consumidor una interesante y completa base de datos de Ex libris desde los siglos XV-XVI hasta la actualidad, en constante actualización,  que contiene unas 1200 descripciones con un exigente nivel de detalle.

El arte del Ex libris tiene su verdadero apogeo en los últimos años  del siglo XIX. Cada técnica es identificada con su propio código, aunque los nuevos modelos parecen imitar los estilos del pasado, tratando que luzcan como si hubieran sido creados en otra época.





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